«La conquête», el circo de la ambición
Bienvenidos al circo. Bienvenidos al espectáculo de un hombre pequeño cuya ambición es más alta que él mismo.
El director Xavier Durringuer nos muestra a modo de flashback el ascenso de Nicolas Sarkozy hasta la presidencia del país galo. Aunque, en realidad, nos muestra que en todos los países hay un circo con malabaristas que prenden fuego a las mentiras mientras las agitan ante los ojos del pueblo, de la masa votante. Así lo constata la música circense de la película «La conquête» («De Nicolas a Sarkozy» en España), protagonizada por un Denis Podalydès (The Da Vinci code, Caché) que caracteriza a la perfección cada gesto del actual presidente francés.
Pese a centrarse en la insaciable y no fundamentada ambición de un hombre acomplejado y sin dotes de mando, va más allá y en cada situación nos va desvelando cómo funciona la política, como si fuese parte de una superproducción de Hollywood para el verdadero gran público, que debe llenar la taquilla de la urna.
«Ser un francés más», le aconseja Cécilia, su mujer, interpretada con maestría por Florence Pernel (Trois couleurs: Bleu).
Vender el día a día como muestra de transparencia pero que sólo sea una sarta de mentiras para engatusar a los votantes. Esa masa molesta y protestona que es necesario entretener, apaciguar y manipular.
La realidad subyacente es una desastrosa vida familiar que exige el constante esfuerzo para que la opinión pública no sepa quién es realmente Nicolas. Algo que parecen saber sus amigos y sus enemigos, pero que los lleva a subestimar al cachorro cuando gruñe.
De este modo se gestan diálogos impagables entre Sarkozy, Villepin y Chirac. Estos dos últimos interpretados por Samuel Labarthe (Les égarés) y Bernard Le Coq (Caché), respectivamente.
Los actores son excelentes y el metraje coge fuerza con cada ascenso de Sarkozy pero, pasada la primera hora, flojea cuando sus pasos ya se vuelven predecibles.
Esta película huele a poca ficción. La realidad no necesita mucho maquillaje.