«Extraterrestre», pura comedia

Que no engañe el título de la película. Muy lejos de la ciencia-ficción es dónde se aloja el largometraje de Nacho Vigalondo. El director, tan conocido por su extravagante personalidad como por sus películas, nos propone una comedia al nivel de la tradición televisiva española.

Una comedia coral con infidelidades y mucho humor de fácil digestión. Una historia que comienza con una resaca, en una cama desconocida y con una laguna sobre una posible noche de sexo con una extraña. Los extraterrestres son sólo una excusa para que todo tenga un punto de encuentro.

Los actores cuajan bien y la historia, a pesar de su poca solidez, fluye a toda velocidad entre situaciones inesperadas. Además Vigalondo se garantiza un cine lleno de carcajadas, contando con Carlos Areces, que es gracioso hasta en un plano fijo mientras duerme, haciendo de sí mismo.

Los personajes son poco creíbles, pero no necesitan serlo. La comedia estrafalaria no es realista, está fuera de la lógica y ahí reside su encanto. Da así pie a crear un largometraje montado a base de pequeñas intervenciones cómicas, con una trama común escondida tras la ciencia-ficción que sólo habría dado para un cortometraje. Sólo Vigalondo podría convertir esta receta en un pastel comestible y que deja buen sabor de boca.

Una película entretenida, muy divertida y especialmente indicada para los amantes de los gags de humor bizarro y Muchachada Nui. Pero que defraudará a los que buscan en el cine algo más sólido que pasar un rato con la risa floja.