«Arrugas», una historia para los ancianos que seremos
Ignacio Ferreras ha sido el encargado de darle vida a los personajes creados por Paco Roca en la novela gráfica Arrugas, con la que se adentró, inspirado por sus padres, en el mundo de la vejez, los asilos y el Alzheimer.
Para todos los que recorremos el camino de la vida, nuestro mayor interés es que este camino sea dichoso. Nos vamos de vacaciones, sacamos fotos, vamos con los amigos a cenar o a tomar unas cañas. Ponerle párrafos y capítulos a nuestra historia es importante para nosotros. Es nuestra vida.
Pero todo se puede ver truncado por una goma de borrar implacable que destruya nuestro frágil manuscrito justo cuando nos acercábamos al final del tercer acto, cuando parecía tan cerca.
Esa es la vida que no conocíamos y que descubriremos en «Arrugas» de la mano de Emilio y Miguel. La de un par de amigos en un mundo donde lo bueno y lo malo ya no es tan importante, donde vivir cada día es suficiente y el temor de no recordar cuántos se han vivido el enemigo a derribar.
Esta filme no sería posible con actores de carne y hueso, porque es la síntesis de la viñeta, la ausencia de rasgos realistas y su capacidad para ser cualquiera de nosotros, la que hace que esta película llegue a lo más hondo del corazón, sin melodramas.
En sus personajes veremos la historia de nuestros ancianos pasados, actuales y futuros, es decir, nosotros. Con su peculiar y heterogénea forma de entender la vida, unas veces elegida y otras obligada.
Nada falta y nada sobra en un guión que fluye con una pasmosa naturalidad. Evitando alejarse lo más mínimo de la realidad que refleja con exactitud en todos los detalles que Paco Roca fue recogiendo mientras investigaba ese mundo invisible y escondido tras las ventanas de edificios a los que se les da la espalda.
El cine gallego se viste de gala para hacerle un regalo al mundo, una película inolvidable que pondrá a Galicia en el mapa del cine internacional.
¿Puede haber algo más bello que una amistad llena de arrugas?
Nota del autor: No levantéis el culo del asiento hasta que terminen los créditos. Ya me lo agradeceréis algún día.