«Alps», la resurrección
Giorgos Lanthimos, el joven y aclamado director griego de Dogtooth (Canino. 2009, Giorgos Lanthimos), vuelve a la carga con otra historia perturbada y perturbadora.
Una enfermera y una gimnasta rítmica tienen más en común de lo que puede parecer. Así comienza esta historia cuyo argumento central, que mantendré en el anonimato, es tan retorcido como factible.
Gran parte de la magia de las películas de Lanthimos no reside en la locura que las envuelve, sino en la posibilidad de que esos hechos puedan estar ocurriendo en la realidad. Que de alguna manera estemos ante una película basada en hechos reales desde la ignorancia de los mismos.
El pliegue que se genera entre la realidad y la representación dentro del propio filme es mostrado a la perfección por unos personajes vacíos pero complejos que se debaten entre un mundo casi imaginario y un mundo real que se desmorona.
¿Sabe un loco que está loco? ¿Se puede entrar en la locura y saber por dónde y cuándo salir? Estas son sólo algunas de las preguntas que «Alps» trata de responder, retorciendo el dolor de la soledad para ver hasta dónde llega.
Estamos de nuevo ante lo que el director griego denomina «dirección física de los actores» pues, cuando está realizando la película, no se involucra en las formas interpretativas de los actores, sino que tan solo les muestra la posición y el gesto físico que necesita en ese momento.
Esta navegación a la deriva hace que los propios personajes se nutran del caos de un ser humano de carne y hueso, de esa forma casi aleatoria de reaccionar a los imprevistos y esas pausas sutiles en las que buscamos una salida al nuevo obstáculo.
Cine pensado y mascado que aparece ante la cámara como si fuese una casualidad, un fenómeno natural inesperado que ha sido capturado sin premeditación.
«Alps» no es la mejor película de Giorgos Lanthimos, en realidad es más de lo mismo, pero no defrauda a sus fans, que están dispuestos a aguantar el lento ritmo del metraje con tal de ver la evolución de la historia y de sus personajes.
Una película perturbadora, imprescindible si ya has visto Dogtooth (Canino) y te gustó, muy recomendable si buscas algo realmente diferente, pero ni te lo plantees si detestas el cine «muy raro».