«À bout portant», cuenta atrás irreversible

El director Fred Cavayé (“Pour elle”) vuelve con una historia de maridos con pelotas de acero. Acción a borbotones en este film francés que llegará a los cines españoles el 20 de enero de 2012.

Cuando pones a un celador de hospital, familiar y comprometido, al límite de la desesperación, las cosas ya van por mal camino. Esa es la historia de Samuel Pierret (Gilles Lellouche), estudiante de enfermería, marido y padre primerizo. Dispuesto a salvar la vida de personas inocentes antes de saber con certeza si lo son.

Manchar de sangre las manos de un buen hombre es un gancho clásico. Si además lo aderezas al extremo con un embarazo delicado de por medio, tienes una hombre-bomba inestable y peligroso en una historia con ración extra de tensión y acción in crescendo, porque no sabes si llegará antes una muerte, una paliza o un parto.

La historia nos la presenta, además, un casting bien elegido, duro y frío, con una puesta en escena llena de ojeras, malos peinados y cazadoras de cuero. Como curiosidad la participación española en el papel de Nadia Pierret (Elena Anaya), que no brilla especialmente.

La fotografía es una de las grandes aliadas de la dureza de la historia, haciendo un potente juego con la estética de hormigón húmedo que envuelve todo el film. Pero nada destaca tanto como el sonido, que el director utiliza con maestría para hilar cada suceso y mantener la evolución del metraje. Explosiones, disparos y culatas contra el cráneo.

Lástima que la película termine dos veces. Resolver mal una película de acción no es bueno. Resolverla mal y después resolverla peor haciendo un incomprensible flash forward… es de guillotina. No diré más.